SALGO DEL SUEÑO

como arrugado pétalo de la morosidad de su capullo

y abro la ventana:

mis ojos y oídos pertenecen al mundo

en ellos se despliegan todas las formas del ser

 

LAS CLAVES PARA SER MÁS FELIZ (MELANCOLÍA)

¿Qué hago con mi estado de ánimo

que desborda el tedio y la belleza?

Incorregible, in–

exhaustible como

fuego solar

                  dilata

los poros de mi pensamiento,

lo enciende y sofoca al mismo tiempo.

No puedo escabullirme de él,

a lo sumo mudarlo como piel la serpiente.

Puedo darle una forma, dársela a mi mente,

una efímera forma que no la comprometa.

Puedo pensar que el mundo es la forma de mi mente

y que en ella se abre esta mañana húmeda

y se abren las mimosas a su gris inmemorable,

    que es un estado de ánimo antiguo 

                       que desborda mi mente.

 

EN LOS MÁRGENES DE LA CIUDAD

abren las aves las alas como abrazos

se abre el espacio al vértigo del espacio

por donde cruzan, circundan carreteras

y más allá la nieve cubre las montañas

en los márgenes de la ciudad se abren

abismos que se miden por hectáreas

se solazan las nubes se adivinan

inabarcables huidizos horizontes

y el peligro

de sucumbir al desmayo de la disciplina

está convenientemente señalado:

se prohíbe el exceso piense en el retorno

en los márgenes de la ciudad se vive

más de cerca la desazón del calendario

se tuercen los renglones la escritura se inclina

se abren las costuras del lenguaje

      y parten a la lontananza

los bellos adioses vanguardistas del tendido eléctrico

aquí

         en este rompeolas del paisaje

se está siempre en alerta

dispuestos a una huida día a día aplazada

abiertas siempre las puertas de uno mismo

al tráfico de extraños

                                       aquí engendra

sus héroes y monstruos el imperio

se expone la población a la intemperie

de un presente en continuo movimiento

y obsedidos transitan

en los márgenes de la ciudad privilegiados

sin que se sepa exactamente de qué modo

arrojados al mundo

 

LA INTENSA LLUVIA DE AYER, de la que hoy sorteo como testimonio al pasar estos charcos que me ciegan con su sol deslumbrante, ha desprendido la parte superior del  cartel de una valla publicitaria que al plegarse hacia abajo, algo más por un lado que por otro, oculta parte de la imagen: en un ambiente festivo un hombre joven levanta en el aire a una muchacha tomándola por la cintura y ella excitada por la situación, tal vez también por la música que escuchan, abre mucho la boca y saca la lengua ostensiblemente. La lengua es el centro de atención de la imagen publicitaria. Es una lengua de punta cuadrada, tosca, pero no ancha o gruesa. La chica es rubia y delgada y viste, como él, ropa vaquera. Eso era hasta anteayer, porque hoy la solapa formada al desprenderse el cartel por causa de la lluvia llega justo hasta la base de la lengua, de modo que no se ven el rostro y los brazos en alto de la chica, pero sí la lengua, ahora sin un contexto claro.

Scroll al inicio